jueves, 23 de septiembre de 2010

ENTRADA 3

ENTRADA 3:
Lo sabían, eran diferentes. Es mas, no tenían nada en común. Uno era la cal y el otro la arena. Uno, el blanco, y otro el negro. El ying, el yang. Como la lluvia, y el sol. Como el día y la noche. No compartían ni una sola afición e incluso puede decirse que ninguno de los dos buscaba lo mismo. Ella, una romántica enamoradiza y el, un alma libre, una paloma al vuelo imposible de atrapar. Ella, una rubia histérica, como el decía, y el, un moreno que lo único que buscaba era picarla y hacer sacar ese genio que la caracterizaba, No se conocían bien, pero nunca les fue necesario. Porque no hizo falta nada mas que un intercambio de nombres y un par de sonrisas para desatar toda esa química que ambos llevaban dentro. Congeniaron desde el primer momento y ambos lo sabían. Era algo loco. Algo cambiante. Porque un día no se podían separar y otro no querían estar juntos. Discutían cuando estaban a solas y se besaban delante de miles de personas. Pero había algo mas grande que los unía, y no, no era amor. Era una atracción mas grande que el magnetismo terráqueo. Una atracción que los llevaba a desatarse cuando sus pieles se rozaban. Era una autentica adicción. Algo totalmente descontrolado, pero los dos sabían que si pensaban con la cabeza, ellos no llegarían a ningún sitio. Aunque... pensándolo bien... nunca pretendieron llegar a ningún sitio. Tan solo se dedicaron a vivir el momento. A disfrutar de los pequeños instantes en los que la vida los unió

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