Pensar, que algún día, no fuiste más que una perfecta amistad. Que de a poco te fuiste convirtiendo en una preciosa ilusión, que no podía concretarse; porque simplemente no debía ser así. Con esfuerzos fui reprimiendo todos esos sentimientos, & recuerdo que el peor día fue cuando tú, cuando tú me confesaste, sin querer, que vivías lo mismo que yo, que lo que yo sentía por ti era lo mismo que lo que tu por mi.
Ese fué el mejor día, y te juro que ni por todo el dinero del mundo, que ni por todas las noches romanticas, que ni por todos los dias de sol, cambiaría ese día...
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